Neovanguardias

Sunday, July 02, 2006

Informalismo

movimiento pictórico europeo que tuvo gran aceptación en España, desarrollado a partir de 1945 en paralelo al expresionismo abstracto estadounidense. El término informalista se adoptó para referirse a la abstracción lírica, opuesta a las tendencias más próximas al cubismo o al rigor geométrico del neoplasticismo o De Stijl.
En 1951 el crítico de arte Michel Tapié presentó en Francia varias exposiciones que fueron dando forma al nuevo movimiento artístico. Por un lado organizó la muestra Vehemencias confrontadas, en la que mezcló obras de artistas franceses, italianos, americanos y canadienses con el fin de ofrecer las tendencias extremas de la pintura no figurativa. Pocos meses después preparó la exposición Significantes de lo informal con obras de Jean Fautrier, Georges Mathieu, Jean-Paul Riopelle, Iaroslav Serpan, Marcel Michaux y Jean Dubuffet. Las exposiciones se sucedieron hasta que en 1952 apareció el álbum-manifiesto Un arte distinto, consolidando con ello la nueva tendencia conocida como informalismo.
Más que una escuela, lo informal designa, por tanto, una tendencia a la que se vincularon durante cierto tiempo diversos artistas como los antes citados o también Wols, Hans Hartung o Alberto Burri, entre otros muchos. Surgido en un momento de expansión de la abstracción, tras la II Guerra Mundial, los informalistas, que huyen del arte figurativo para entrar en el abstraccionismo (véase Arte abstracto), buscan la autenticidad de la pintura, del puro acto de pintar, esto es, la caligrafía, las formas, la mancha y las texturas, huyendo de todo lo referente a la forma, a la voluntad formativa, a la estructuración preconcebida y racional. En definitiva, la expresión del mundo interior del artista.
Se han buscado diferentes influencias para justificar su estética, todas ellas discutidas y discutibles, desde el automatismo surrealista hasta el nihilismo dadaísta. Lo que sí es claro y aceptado por todos es que el informalismo es un término que unifica en su misma imprecisión a unos autores preocupados por explorar la materia, incorporando el valor de la textura, abordando tanto las posibilidades expresivas de los graffiti como el grattage o el Action Painting.
Aunque se ha utilizado con frecuencia como cajón de sastre donde incluir las más variadas tendencias, el pleno informalismo se introdujo en España a mediados de la década de 1950 de la mano de Juan Eduardo Cirlot y de los textos traducidos de Michel Tapié. Se pueden localizar dos focos artísticos: Madrid, con un predominio del informalismo expresionista, y Cataluña, donde la mancha, las texturas, el relieve y los nuevos materiales darán lugar al desarrollo del informalismo matérico. En el núcleo madrileño se puede incluir la obra de artistas como Manuel Mampaso, los miembros del grupo de Cuenca (Fernando Zóbel, Gustavo Torner y Gerardo Rueda), César Manrique, Salvador Victoria, Alberto Greco, Lucio Muñoz y algunos integrantes del grupo El Paso (Antonio Saura y Manuel Millares). En Cataluña destaca la figura de Antoni Tàpies, así como también algunas obras de Albert Ráfols Casamada, Joan Hernández Pijuan, Josep Guinovart y Manuel Hernández Mompó.

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